Manifestantes bloquean la entrada del Parlamento durante una concentración en Tiflis, Georgia, el 2 de mayo de 2024.

Manifestantes bloquean la entrada del Parlamento durante una concentración en Tiflis, Georgia, el 2 de mayo de 2024. Irakli Gedenidze Reuters

Europa

Primavera georgiana contra la sombra de Putin: miles de jóvenes protestan contra una 'ley rusa'

Cada noche, una multitud se congrega frente al Parlamento para mostrar su rechazo a un proyecto que busca limitar a los "agentes extranjeros". 

4 mayo, 2024 02:50

Durante la jornada del jueves, una multitud de manifestantes se congregó en la Plaza de los Héroes, un punto neurálgico por el que transita gran parte del tráfico de la capital de Georgia, Tiflis, conectando los distintos barrios de la ciudad. La protesta provocó un extenso bloqueo de vehículos que paralizó la zona durante horas, evidenciando la creciente frustración de una población que teme volver a tiempos pasados.

La protesta transcurrió en ausencia de presencia policial, marcando un contraste notable con manifestaciones pasadas que desembocaron en violencia frente al Parlamento. En esta ocasión, los manifestantes se congregaron en el centro de la rotonda para entonar cánticos patrióticos y entregarse al baile de forma masiva. Este encuentro es el último capítulo de una lucha más amplia que podría determinar el destino de Georgia, un pequeño país de 3,7 millones de habitantes que se debate entre avanzar hacia Europa o verse nuevamente influenciado por Rusia

Y es que en las últimas semanas, las calles georgianas se han convertido en el epicentro de un movimiento de protestas constantes. ¿La causa? Un polémico proyecto de ley que numerosos críticos denuncian como una herramienta para poner coto a la libertad de expresión. Esta propuesta, tachada como de influencia rusa, ha generado una oleada de descontento entre parte de la población georgiana. Además, tanto la Unión Europea como Estados Unidos han expresado fuertes críticas y alertado sobre el preocupante rumbo que el país podría tomar en el futuro. 

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¿Una ley al estilo del Kremlin?

Poner en marcha esta ley podría tener serias implicaciones para la sociedad georgiana. Según los términos de la propuesta, las organizaciones que reciban más del 20% de su financiación del extranjero estarían obligadas a registrarse como agentes de influencia extranjera, un requisito que los críticos denuncian como autoritario y presuntamente inspirado en las políticas del Kremlin para reprimir a los opositores en Rusia.

Manifestantes muestran la bandera de la UE y la georgiana en una protesta en Tiflis el 2 de mayo.

Manifestantes muestran la bandera de la UE y la georgiana en una protesta en Tiflis el 2 de mayo. Irakli Gedenidze Reuters

En cambio, el partido gobernante y promotor de la norma, Sueño Geogiano, sostiene que esta ley es esencial para asegurar la transparencia en el panorama político y financiero del país. El fundador multimillonario del partido, Bidzina Ivanishvili, ha afirmado recientemente que Georgia debe salvaguardar su soberanía frente a los intentos de injerencia por parte de actores occidentales que intentan imponer sus agendas. 

El proyecto de ley ha avanzado significativamente en el proceso legislativo, habiendo pasado exitosamente dos de las tres lecturas requeridas en el Parlamento, donde Sueño Georgiano tiene mayoría absoluta. Mientras tanto, las protestas se han convertido en una constante nocturna frente al Parlamento de Tiflis, con multitudes que expresan su descontento de una manera enérgica noche tras noche. 

Dentro de la propia institución legislativa, la tensión también ha llegado a altas cotas, con enfrentamientos físicos entre los propios legisladores, reflejando la profunda división y la intensidad del conflicto que ha polarizado a la nación. El gobierno retiró una legislación similar el año pasado en respuesta a las protestas, sin embargo, en esta ocasión, no ha mostrado indicios de reconsiderar su postura antes de las elecciones parlamentarias previstas para octubre.

El proyecto de ley ha exacerbado una crisis política ya latente, y las comparaciones con las leyes empleadas por el gobierno de Vladímir Putin para reprimir la disidencia en Rusia han reavivado el doloroso recuerdo del conflicto bélico entre Georgia y Rusia en 2008. Esta breve pero intensa contienda dejó huellas indelebles en la psique georgiana y aún continúa resonando en la conciencia colectiva a pesar del paso de los años. 

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La sombra de aquel conflicto, con sus profundas implicaciones políticas y territoriales, se cierne ahora sobre el debate actual, infundiendo una mezcla de urgencia y determinación en aquellos que se resisten al proyecto de ley, y que están comprometidos en salvaguardar los pilares de la democracia y las libertades básicas del país. Los manifestantes, que han ocupado incansablemente las puertas del Parlamento, no solo han enarbolado la bandera nacional de Georgia, sino también han mostrado las doce estrellas sobre fondo azul de la Unión Europea. 

Una crisis abierta con Occidente 

La ‘ley rusa’ ha suscitado grandes preocupaciones tanto en Washington como en Bruselas. Gert Jan Koopman, director general de la Dirección de Ampliación de la Comisión Europea, ha expresado la preocupación de la UE respecto a las implicaciones del proyecto de ley para el futuro de Georgia como posible miembro del bloque. "Hay novedades preocupantes en términos de legislación. La ley... tal y como está redactada es inaceptable y creará graves obstáculos para la vía de adhesión a la UE", declaró Koopman en una conferencia de prensa en Tiflis.

Manifestantes en una protesta en Tiflis el 28 de abril de 2024.

Manifestantes en una protesta en Tiflis el 28 de abril de 2024. Irakli Gedenidze Reuters

La administración de Joe Biden también manifestó su inquietud por el efecto que esta legislación podría tener en la disposición de los georgianos a expresar su opinión. “Estamos profundamente preocupados por esta legislación, por lo que podría hacer en términos de sofocar la disidencia y la libertad de expresión”, afirmó el portavoz de Seguridad Nacional de Casa Blanca, John Kirby, en unas declaraciones recogidas por la agencia Reuters

La embajadora estadounidense en Georgia, Robin Dunnigan, expresó recientemente que las decisiones del gobierno georgiano, en su opinión, han desviado al país de su camino hacia una "integración euroatlántica". En un comunicado oficial, la diplomática señaló que altos funcionarios estadounidenses habían extendido una invitación al gobierno georgiano para discutir esta cuestión. Sin embargo, lamentó que hasta el momento el país haya declinado esta oferta.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Georgia informó que el primer ministro, Irakli Kobakhidze, decidió no aceptar la invitación, ya que esta estaba sujeta a la condición de suspender el debate sobre la legislación. Según la posición oficial del Ministerio, esta condición va en contra del espíritu de asociación que debería prevalecer en las relaciones entre Georgia y sus aliados occidentales. Mientras tanto, se espera que los legisladores den al proyecto su tercera y última lectura en aproximadamente dos semanas.